miércoles, 22 de septiembre de 2010

Abres tu Kitty Bag del día y dentro encuentras...

... galletitas de chocolate y café con leche.


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Me encanta el café con leche!

Hace unos años atrás tuve uno de mis antojos violentos (de los cuales hablaré más profundamente en otro post) y sabía que lo que quería era café con leche, pero ninguno de los que tomé satisfacía mis necesidades hasta que, finalmente, descubrí que era específicamente café con leche de Mc Donalds lo que estaba buscando. (lástima que, desde que salió la mierda de Mc Café, el café con leche regular de Mc Donalds sabe horrendo).

Todas las mañanas me despierto y tomo un café con leche. Todavía tengo un enorme frasco de café instantáneo que compré el día del partido de Argentina vs. Alemania, el cual me costó bastante más barato ya que el sujeto del kiosco donde lo fui a comprar estaba nervioso porque ya había comenzado el himno y ni miró el precio al cobrarme.

Sin embargo, por más que me encante desayunar café con leche, me provoca una regularidad intestinal que, de ser descubierta por más personas, fundiría la fábrica de Activia en menos de una semana.

Paso grandes períodos de tiempo en el baño, ya sea acicalándome o ejerciendo actividades de distinas índoles, pero un 20% del día seguro lo voy a pasar ahí dentro. Lo que me lleva a recordar también la gran cantidad de cosas que hago cuando estoy en un baño fuera de mi casa; las cuales, probablemente, provoquen que en mi próxima visita a sus humildes moradas me impidan acceder al tocador con alguna excusa barata como que el piso está mojado, o que se pueden escapar las 15 prostitutas japonesas que esconden en la bañera.

He aquí alguna de las cosas que yo haré en su baño:

1) Orinaré en su bidet: yo no me siento en inodoros ajenos, tiene que ser realmente una causa de fuerza mayor la que me obligue a hacerlo, lo que me lleva al punto 2.

2) Juzgaré MUY seriamente a usted y a su familia según la fuerza que tenga su inodoro. No me fío de las personas que tienen un inodoro con poca potencia. (ejemplo: si debo jalar dos veces para que se vaya un pedacito de papel). Me es muy difícil confiar en una persona que le oculta a sus invitados su secreto para hacer que un inodoro que no puede llevarse ni un cuadrado de 8 x 8 centímetros de papel logre llevarse los Titanics de caca que algunas personas saben depositar en el mismo.

3) Voy a husmear sus productos de belleza: como todo marica coqueto, me encanta ver con qué producto capilar se cuidan las melenas mis allegados.

4) Abriré el botiquín: esa es una costumbre que no puedo quitarme ya desde chica. Me asesina la curiosidad, necesito saber qué hay allí y, usualmente, se descubren cosas interesantes sobre la otra persona, codificadas en el contenido de su botiquín.

5) Me lavaré las manos con el jabón que me resulte más atractivo, aún si ese jabón no ha sido usado antes, y no estaba supuesto a serlo. Si el jabón es un adorno, no deberías dejarlo al lado mío porque lo más probable es que lo use, pese a que sé que cuánto más lindo es el diseño del jabón, más apestoso es.

6) No me voy a secar las manos con la toalla ni aunque me paguen por hacerlo. Para mí TODAS las toallas de los baños ajenos a los de mi casa han pasado por el trasero de alguno de los integrantes de la familia, y yo no voy a poner mis manos ahí.

7) Si hay una escobilla cerca del inodoro, la revisaré. Y más vale que esté limpia, porque también lo juzgaré por ello. (Dios lo libre si, además, tiene un inodoro con poca potencia).

8) Debido a que no me seco las manos con la toalla, tiene que disponer de cantidades industriales de papel higiénico. De no tenerlo, mi castigo sobre usted será terrible (empeorado si tiene un inodoro con poca potencia que no me permita deshacerme rápidamente de todo el papel utilizado).

9) Si cuenta con un cesto de basura en su baño, consideraré que tanto usted como su inodoro son unos pusilánimes que no pueden deshacerse de los papeles como corresponde. Pierde más puntos todavía si el cesto no tiene bolsa.

10) La ausencia de pasta dental/cepillo de dientes lo convertirá, ante mis ojos, en un ser indeseable con el cual jamás compartiré un vaso ni aunque mi vida dependiera de ello.


Así que, avisados están: si me invitan a tomar un café con leche a sus casas, más les vale primero revisar su baño...


Muchas gracias por elegir The Kitty Bag.
Vuelve mañana para recibir una nueva Kitty Bag para disfrutar.


¡Abur!


Teniente General Bastit, demostrando que la justicia es la espada del sabio en la guerra de la vida ®